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CAMINO AL ÉXITO

Apenas hace unas horas que la primera vuelta de esta Liga Endesa llegó a su fin, es el momento de dar las primeras notas y hacer las primeras valoraciones. Unas valoraciones, no obstante, provisionales, pues aún queda un largo camino que recorrer hasta el final de la temporada.

En esta primera vuelta dos temas han sido, quizás, los más recurrentes. El primero la escasa anotación registrada en la mayoría de los partidos, y el segundo, el Real Madrid de Pablo Laso como oasis de salvación dentro de ese desierto de puntos.  Empezaré por el segundo, por eso de que los últimos serán los primeros.

Creo que nadie discutirá que el baloncesto practicado por el conjunto de Pablo Laso es, cara a la afición, e incluso cara a los jugadores, el más atractivo. El juego rápido, vertical, fluido, de muchos tiros a canasta y poca especulación que practican los blancos ha calado entre la mayoría de los aficionados al baloncesto. Sin embargo, poco escucho hablar de otro conjunto que, igualmente ha venido desarrollando un juego de similares características. Hablo, como no, del Lagun Aro de Sito Alonso.

El Lagun Aro es, actualmente, el tercer mejor ataque de la Liga. Por delante de equipos como el Barcelona Regal, el Caja Laboral, el Valencia Basket o el Gescrap Bizkaia Bilbao Basket y, sólo por detrás del Real Madrid de Pablo y del Unicaja de Chus Mateo. El conjunto de Sito Alonso ha conseguido meterse en la Copa desplegando un juego de calidad, de rápidas transiciones y apoyado en una defensa agresiva  que les permitiese correr siempre que tenían oportunidad.

Y quiero hacer énfasis en la última parte, una defensa agresiva, porque da la sensación de que jugar ofensivo, a muchos puntos y rápido, es incompatible con defender. Nada más lejos de la realidad. Precisamente defender es esencial para poder realizar este tipo de juego, puesto que el robo de balón o el rebote defensivo son la gasolina que permiten a esos equipos correr contrataques y buscar transiciones rápidas, unos contrataques y unas transiciones difíciles de llevar a cabo con el otro equipo bien plantado en defensa.

No obstante este trabajo defensivo pasa muchas veces desapercibido para el gran público que sólo es capaz de identificar una buena defensa con el fallo del rival. Cuando quizás, lo más meritorio de una defensa sea conseguir cambiar el ritmo de ataque del rival y que éste juegue al ritmo que más nos conviene, eso es lo que hacen Lagun Aro o Real Madrid, lo mismo que hacía el Joventut de Aíto.

Cuando ves un partido de baloncesto, muchas veces te das cuenta de que hay equipos que defienden en función del ataque, este equipo juega de tal manera pues yo defiendo de tal otra, acción del ataque reacción de la defensa. Mientras, cada vez es más raro verlo, los hay que defienden en función de la defensa, acción de la defensa reacción del ataque, arriesgan, son ellos los que invitan al ataque a jugar de una determinada forma. Este último tipo es una defensa muy difícil de ajustar, requiere mucho trabajo táctico, físico y mental, pues asumiendo riesgos los normal es que en muchas ocasiones concedas alguna canasta fácil y el jugador no debe venirse abajo por esto.

Además este tipo de defensa debe estar complementada luego por jugadores con un gran dominio de los fundamentos individuales para, en esas situaciones de intercambios de canasta, de unos contra uno, de ataques rápidos conseguir anotar. Jugar como lo hace el Lagun Aro o el Real Madrid es complicado y requiere mucho trabajo. A mi modo de ver más trabajo requiere hacerlo siendo Lagun Aro que Real Madrid, aparte de que el trabajo defensivo del conjunto de Sito Alonso me parece más completo que el realizado por Pablo Laso, los jugadores de los que disponen uno y otro dan a los blancos cierta ventaja.

Y esto nos lleva al primer punto, las bajas anotaciones registradas, sobre todo en las primeras jornadas, en la Liga Endesa. Una apuesta por el baloncesto desplegado por Lagun Aro o Real Madrid entre otros requiere mucho trabajo y, además, es muy arriesgada, ello provoca que, en un mundo profesional en el que no se mira más allá del marcador pocos sean los técnicos que se atreven a desarrollarlo. Es esa sensación de riesgo, esa búsqueda de la seguridad la que provoca que los tanteos bajen. Pero no es culpa de los técnicos. Es culpa de aquellos que presionan desde el minuto uno del proyecto para ver resultados, es culpa de los que, sin paciencia, critican en el primer contratiempo, es culpa, en definitiva, de todos los que como aficionados, prensa o desde dentro de un club presionamos con la intención de ver a nuestro equipo ganar desde el minuto uno.

Exijamos baloncesto y no resultados, aunque al principio el camino sea más largo y cueste más trabajo, pues es el baloncesto el que traerá, con el tiempo, los buenos resultados. Ese es el verdadero éxito, el buen baloncesto, y el trabajo y la paciencia es el mejor camino que conozco para llegar a él.

Fuente: Alejandro Santana Barroso (Más Baloncesto)