Había ganas de NBA después del día de descanso correspondiente a nuestra Nochebuena. Y no pudo ir mejor este parón. Nos regalaron varios partidos en horario mortal y entre todos ellos sobresalen dos que compartieron duelo de estrellas y candidatos al MVP. Cuatro superestrellas de la NBA dejándonos dos encuentros dignos de las finales de los playoffs, con estilos de juego diferentes pero parejos, lo que demuestran los finales apretados de los que pudimos gozar aquellos que no tuvimos que acostarnos a las 6 de la mañana para poder disfrutar de nuestro baloncesto favorito.

Los Ángeles Lakers y sus 4 victorias consecutivas recibían en el Staples Center a los New York Knicks del señor Carmelo Anthony. El partido fue una digna representación del ambiente de un encuentro de playoffs. Los dos primeros cuartos fueron de tanteo, manejando unas distancias cortas y con Carmelo y Kobe afilando sus garras. Mientras tanto, dos invitados secundarios a la fiesta mantenían a sus equipos en alza: MWP y JR Smith. Los hombres de las siglas dieron todo un recital en lanzamientos de corta y larga distancia (Metta World Peace anotó 16 puntos en el segundo cuarto, una barbaridad). Pero llegaba el tercer cuarto y las cosas se ponían serias: un parcial de 8-0 ponía a los Lakers 8 abajo y Carmelo parecía que daba con la tecla para despegar a Nueva York del marcador. Pero es Navidad, y el partido tenía que ser acorde con la fecha del año, así que los amarillos dieron la vuelta al marcador mediado el último cuarto y nadie iba a conseguir darle la vuelta al encuentro. Mención especial hay que hacer al señor Pau Gasol, que decidió reconciliarse con su afición regalándoles un mate a falta de 12 segundos para finalizar el partido que sentenciaba el mismo. Hablando de estadísticas, Kobe y Carmelo se fueron ambos hasta los 34 puntos, pero la diferencia fue que el quinteto titular laker (contamos a Metta como titular, a pesar de ser sexto hombre) anotó en dobles figuras y aportó en todos los aspectos del juego, mientras que del lado neoyorquino tan solo JR. y Carmelo respondieron a las expectativas de un partido de tal calibre. (94-100)

Y otro partidazo espectacular, por si fuera poco, se vivió justo después en el American Airlanes Arena de Miami. Se reeditaba la final del año pasado y que dejó a los Heat como campeones frente a los Oklahoma Thunder. Estaba claro que ambos equipos se tenían ganas, y eso se notó en el transcurso del encuentro. Partido tosco, con muchas pérdidas de balón por parte de OKC que supieron aprovechar los Heat durante los dos primeros cuartos. A partir del tercero, nada más comenzar, Durant se puso las pilas y decidió que no iba a terminar el partido tan rápido. Estuvieron muy luchadores estos Thunder pero les faltó lo de siempre: un pívot dominante. Ibaka, por muy buenos números que haga, sigue bastante verde como para ser considerado una verdadera opción en ataque y eso lo notan los chicos de Oklahoma. A parte de eso, el duelo de siempre: los dos mejores jugadores del planeta se enfrentaron en un nuevo duelo, en el que Durant terminó con 33 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias, mientras que su archienemigo Lebron hizo un 29/8/9. Menudo par de bestias. Al final los Thunder estropearon la remontada demostrando las carencias de Russell Westbrook, que se encargó de dirigir, cual pollo sin cabeza, un ataque que desembocó en varias faltas en ataque y un par de tapones. Durant falló el triple que llevaba el partido a la prórroga y Westbrook hizo exactamente lo mismo que su compañero en la segunda oportunidad que tuvo. Victoria que eleva la moral de Miami un poco más, por si les faltaba algo… (97-103)