Mal día para las esperanzas españolas en la máxima competición del baloncesto europeo. El Real Madrid no podrá estar en la final del domingo tras caer con contundencia ante un Maccabi que fue netamente superior a lo largo de los 40 minutos. Los hebreos se enfrentarán a Panathinaikos, que se impuso a Montespaschi en la otra semifinal, con el objetivo de sumar la sexta Euroliga a su palmarés. Los griegos, también con 5 títulos, intentarán conseguir el que sería su tercer cetro europeo en los últimos 6 años. Los 5 primeros minutos del Real Madrid-Maccabi, en el que los blancos tomarían primeras ventajas de 3 puntos con el 3-6 o el 5-8, serían sólo un espejismo. De la mano de un inspirado Guy Pnini -4/6 en triples y 14 puntos a la conclusión-, los israelíes tomarían las riendas en el marcador a las acaballas del primer cuarto y empezarían a dominar el ritmo de un duelo que ya tomaba cierto tinte amarillo. En el siguiente periodo, los de Lele Molin podrían ir aguantando las embestidas macabeas, haciendo la goma en el electrónico y en ocasiones llegando a empatarlo merced a los triples de Prigioni y a la aportación interior de un gran Tomic, el mejor hombre entre los madridistas con 17 puntos y 6 rebotes al término de los 40 minutos. Así las cosas, un apretado 32-29 cerraría una primera mitad que prometía igualdad a la vuelta del descanso. No fue así. Los de David Blatt saldrían mucho más enchufados que los madridistas a la reanudación y, gracias a las acciones individuales de Schortsianitis, Pargo y Eidson, comenzarían a anticipar el desastre blanco con el 40-32 del minuto 23. Tres triples consecutivos Llull, Prigioni y Carlos Suárez volvían a acercar al conjunto español en el marcador, pero he aquí cuando llegó la hora del ya citado Eidson. El alero norteamericano se tiró el equipo a la espalda y con dos triples, un 2+1 y varios robos de balón volvería a disparar a Maccabi en el electrónico. El duelo ya se habría vuelto casi insalvable para los madridistas con el 60-47 del minuto 31, tras el cual el cual los de Molin bajaron los brazos. Pargo, Blu y Schortsianitis -39 puntos entre los 3- se sumaban a la fiesta iniciada por Eidon, que terminó con los estratosféricos registros de 19 puntos, 8 rebotes, 6 robos y 33 de valoración, para acabar sentenciando con contundencia el encuentro. 82-63 fue el resultado final de un choque en el que Maccabi ahogó con autoridad las ilusiones de un Real Madrid que no disputaba la Final Four desde 1995. Por otra parte, Panathinaikos pudo con Montepaschi en el choque que daba el pistoletazo de salida a la Final Four y apean así del torneo a unos italianos que se quedan por cuarta vez a las puertas de la final de una Euroliga. A pesar de que gran parte de la primera mitad estuvo dominada por los transalpinos -26-20 para los de Pianigiani cuando corría el minuto 12-  Calathes y Batiste, los mejores del cuadro heleno con 17 y 16 puntos, respectivamente, comandarían una reacción helena que dejaría el marcador en un 40-36 para los de Obradovic al término de los 20 primeros minutos. El tercer periodo estuvo marcado por la paupérrima anotación de ambos conjuntos, que sólo pudieron firmar un parcial de 2-2 en 6 minutos plagados de pérdidas de balón e imprecisiones varias. Sin embargo fueron los griegos los que, pasado este intérvalo, supieron romper el encuentro cuando más lo necesitaban. Así pues, merced a la aportación de Fotsis -14 puntos a la postre- y del mencionado Calathes, Panathinaikos ya no se dejaría remontar rentas que oscilababan entre los 8 y los 12 puntos hasta la conlusión. El marcador final reflejaría un 77-69 tras el que los atenienses se diputarán el título con Maccabi el domingo a las 16:30