La selección española sumó una nueva victoria ante unos ‘boomers’ muy erráticos en el tiro exterior el día que más difícil era jugar. Con un juego con pocos flashes, sólo cuando el marcador apretó los colorados metieron la quinta marcha para llevarse definitivamente el encuentro. La presencia de los Gasoles e Ibaka, clave. Era el día que menos apetecía jugar un partido amistoso ante tu gente y llevarte un baño de masas. Pero así de caprichoso y de tirano puede llegar a ser el destino. El día después de conocer el fallecimiento de Alfonso Reyes, padre de Felipe y del ex-internacional Alfonso, nuestro combinado nacional se enfrentaba ante un combinado oceánico que rindió por debajo de lo esperado, aunque dejando claro que si son un equipo irregular es por algo.

El partido comenzó muy frío, con los dos equipos sin ideas claras en ataque y tirando de alguna individualidad que otra. Estaba claro que hoy no era el día de jugar. En este cuarto, España tan solo anotó una canasta en juego, viniendo el resto de puntos desde la línea personal con Marc Gasol como protagonista, aunque fallando más tiros de los que intentó. Este primer cuarto no dejó nada para destacar y el marcador al final del mismo así reflejaba la apatía impuesta en la cancha, 10-12 para los australianos.

El segundo cuarto empezó algo mejor y más animado con la entrada de dos especialistas defensivos como Ricky Rubio y Víctor Sada, que dotaron de intensidad al encuentro, permitiendo como consecuencia de sus buenas defensas rápidos contraataques que favorecían la vistosidad del partido. Un factor a tener en cuenta en la mejoría del juego en este cuarto fue la combinación interior de Pau Gasol y Serge Ibaka. Mientras el de los Lakers asumía la responsabilidad ofensiva, el de los Thunder se eregía como amo y señor de la zona, poniendo un férrero candado al aro con sus tapones y su intimidación. Este despertar de la selección española hacía que el marcador estuviese de su lado al descanso, con un 30-25 que demostraba algunos signos de mejoría.

El tercer cuarto, en el cual Sergio Scariolo tuvo que volver a arrancar la máquina, volvió a indigestársele a España tal y como sucediera con el primero. Los tiros no entraban, el rebote defensivo se perdía y Calderón no terminaba de sentirse cómodo en pista, dando una excesa rigidez al juego español. Australia supo aprovechar esta pájara española para volver a ponerse momentáneamente por delante en el marcador de la mano de Joe Ingles y un Baynes que hacía valer su músculo. Fue sólo un espejismo, ya que con la entrada en pista nuevamente de Rubio y Sada el equipo ganó en fluidez e intensidad, ganando para la causa a un Marc Gasol muy fino en ataque en este cuarto y un Fernando San Emeterio que demostraba al técnico italiano no haberse equivocado con su elección, mostrándose muy acertado en ataque.

En estos momentos en que España atravesaba su mejor juego Claver volvía a contar con oportunidades, aunque evidenciaba una preocupante falta de confianza en sus posibilidades, con un par de ganchos que no tocaban aro, alguna que otra pérdida tonta de balón y despistes tanto en ataque como en defensa. Su única canasta en juego del partido resultó ser un suertudo triple a tablero. Se necesita urgentemente recuperar (si es que alguna vez se tuvo) a este jugador. El buen día que quiera decir ‘aquí estoy yo’ podría convertirse en uno los mejores aleros altos del baloncesto FIBA.

Con el partido ya decidido, se entró al último cuarto con la idea de ensayar algunas jugadas y probar distintas combinaciones de quintetos en pista. Se pudo volver a ver a Ibaka y Pau Gasol dominar a sus anchas juntos de nuevo y se extrajo como nota positiva que Ricky Rubio parecía por momentos el Ricky Rubio de hace dos años. Fresco, con alegría, con ganas de correr. Desacertado en el tiro exterior, sí, pero con sensaciones distintas a las ofrecidas en el resto de la gira.

Por Australia sólo cabía destacar la sorprendete mala puntería de su estrella Patrick Mills, al que anotar un tiro le parecía misión imposible, por no hablar de penetrar por en medio de la zona y acabar llegando a buen puerto.

Con todo y nada más, se llegó al final de un encuentro que dio lo mismo se hubiese terminado al final del tercer cuarto o llegados los 40 minutos reglamentarios. España había cumplido el trámite más difícil de la preparación y lo había hecho con las ausencias de Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro y Sergio Llull (68-51).

Conclusiones extraídas al final del partido:

• La dupla Gasol-Ibaka puede dar unos resultados espléndidos en todo momento.
• Marc Gasol parece recuperar su mejor nivel.
• Calderón sigue sin estar cómodo dirigiendo al equipo, que juega mejor con Ricky Rubio.
• Preocupa Claver. Y mucho. Parece necesitar una transfusión de sangre para espabilar.
• En España sólo Pau Gasol es imprescindible. Se ha conseguido solventar el partido con tres bajas importantes como las de Reyes, Navarro y Llull.
• Sada y San Emeterio han dejado claro que merecían su puesto.
• Australia ha tenido una muy buena circulación del balón encontrando siempre al tirador abierto, pero ha estado terriblemente desacertado.
• Barlow, que se estrenaba en su nueva casa, se ha visto superado por la situación muy de primeras.
• Patrick Mills no parece un jugador NBA.
• La afición de Murcia ha dado un ambiente espléndido al partido

España (68): Calderón (2), Fernández (3), San Emeterio (10), Gasol (16), Gasol (12) –quinteto inicial- Rubio (8), Claver (4), Ibaka (7) y Sada (6).

Australia (51): Mills (5), Ingles (11), Barlow (4), Nielsen (11) y Ogilvy (2) -quinteto inicial- Martin (0), Gibson (2), Dellavedova (6), Worthington (2), Baynes (8), Kickert (0) y Crawford (0).

Parciales del encuentro: 10-12, 20-13, 20-14, 18-12.

Palacio de los Deportes, Murcia. 7500 espectadores.