El Panathinaikós se proclama campeón de la Copa de Grecia.
Fecha domingo, 11 de marzo a las 14:19:25
Tema Noticias de la HEBA


El Panathinaikós se impuso en la final de la Copa de Grecia por 71-70 al Olympiakós del Pireo. La final, disputada en el Ellinikó de Atenas, supuso la séptima Copa de Zelko Obradovic y la 13a de la entidad.. Fue una final extraña marcada por un primer cuarto espectacular jugado al límite, un segundo cuarto más defensivo, un tercero de claro color rojo y un cuarto igualado que se inclinó por los verdes, más expertos en ese tipo de partidos. El Panathinaikós no llegaba en las mejores condiciones a la final, con Perperoglou tocado, Smith con problemas y Batiste recién recuperado de un pequeño esguince. Tampoco Bougioukas estaba en perfectas condiciones y se había perdido el último partido de liga. Así, Obradovic se inclinó por un juego interior formado por Tsartsaris y Maric, que son la base de la segunda unidad. Calathes, Diamantidis y Sato completaban el quinteto. Por el Olympiakós, la baja de Low trastocó los planes de Ivkovic, ya que éste se encontraba en el mejor momento de forma de la temporada.



Los del Pireo salieron con el quinteto titular formado por Spanoulis, Mantzaris, Papanokolau, Printzesis y Dorsey. Les costó a los de Ivkovic entrar en el partido y el PAO no tardó en coger las primeras ventajas. Sorprendentemente, los pívot verdes dominaban la pintura. Sólo Printzesis podía con su par hasta que Spanoulis empezó a encarar a Calathes. De este modo, el Olympiakós fue recortando la diferencia aunque sin pasar nunca delante en el marcador. Con el dúo Hines/Antic el equipo de Ivkovic jugó más cómodo. El primero estuvo bien en la intimidación y el segundo anotó desde fuera. A pesar de que el Panathinaikós siguió cargando el juego sobre Batiste y Bougioukas, faltaba equilibrio porque no anotaba con facilidad desde la media distancia. Al descanso se llegó con 35-38 favorable a los atenienses. Un parcial de 11-0 que se fue incrementando a lo largo de todo el tercer cuarto puso al Olympiakós por delante con claridad. Los de Ivkovic salieron muy decididos de los vestuarios y dispuestos a sentenciar el choque. Una extraña zona, que al principio desconcertó incluso a los propios jugadores rojos, empezó a dar sus frutos cuando se asentó. Al Panathinaikós le faltaba frescura y Diamantidis no tenía su día. Anotó 9 puntos en total, 7 de los cuales de tiro libre. Jasikevicious, muy desacertado en la primera parte, sustituyó a un ausente Nick Calathes, despistado en los últimos partidos. A partir de ahí, el PAO empezó a mejorar. El lituano leyó bien las situaciones y asistió bien a Batiste, Sato y Tsartsaris, que jugó un partido muy serio. El Panathinaikós remontó la diferencia en el último cuarto y el marcador se equilibró. Todo indicaba que se llegaría a un final no apto para cardíacos, como así fue. Kaimakoglou y Sato tenían muchos problemas con Giorgos Printzesis, que anotó un triple desde la esquina y luego dos canastas en el poste bajo. Fue entonces cuando apareció Diamantidis, que forzó faltas y robó balones (7 en total), además de dar 7 asistencias. Jasikevicious y Romain Sato anotaban aprovechando el desconcierto defensivo rojo, más preocupado en que no recibieran los interiores verdes que en marcar fuera de la línea de tres. También Tsartsaris jugó inteligentemente el dentro fuera y anotó un triple. La acciones de Spanoulis y Printzesis mantenían al equipo de Ivkovic dentro del partido, además de algunas acciones aisladas de Keselj, Antic y Hines. Aparecieron también los nervios en los dos equipos, con algunos fallos incomprensibles que daban ventaja al rival. Sin embargo, tampoco eran aprovechados. Mantzaris perdió un balón desde saque de fondo propio, Bougioukas regaló unos pasos, Sloukas cometió campo atrás… El “atasco” en el marcador sólo lo deshacía el lanzamiento desde el tiro libre. El PAO aumentó la presión en defensa y en los últimos tres minutos el Olympiakós no pudo meter ningún balón dentro. Printzesis, todavía con tiempo para jugarla, lanzó un triple estúpido que fue taponado por Batiste, que había salido a ayudar. Diamantidis sacó una falta al inexperto Mantzaris con menos de 30 segundos por jugar. El griego anotó sólo uno de los dos tiros libres y dio la oportunidad al Olympiakós de ganar el partido. Una buena defensa verde unida a una malísima lectura por parte del Olympiakós acabó con el balón en Mantzaris. Presionado por el tiempo y por su defensor, soltó el balón y Papanikolau, sobre la bocina, lazó forzadísimo desde ocho metros y con los brazos de Batiste en la cara. Ni Spanoulis ni Printzesis tocaron el balón en esta última jugada para sorpresa de Ivkovic, de los periodistas griegos y de los aficionados. Se desató la euforia verde que llevaba dos años sin ganar la Copa. Ficha técnica: Anotadores: Olympiakós: Hines (11), Papanikolau (0), Antic (13), Spanoulis (12), Mantzaris (2), Dorset (2), Keselj (7), Gecevicious (2), Sloukas (4), Printzesis (17). Panathinaikós: Smith (0), Kaimakoglou (8), Maric (6), Perperoglou (0), Batiste (9), Logan (0), Sato (10), Jasikevicious (10), Tsartsaris (5), Diamantidis (9), Bougioukas (7), Calathes (7). Las claves: se impuso la mayor experiencia de los verdes. Errores no forzados en momentos puntuales enterraron las posibilidades del Olympiakós, que dejó vivo al equipo de Obradovic cuando lo tenía KO. Parciales: 17-25, 35-38, 58-55, 70-71 MVP: Saras Jasikevicious. Pese a que el mejor del partido fue Giorgos Prinzesis, los encargados de elegir el MVP tuvieron en cuenta, no sólo la actuación particular del lituano sinó también su influencia en el juego y su espíritu ganador. Contagió a los suyos y empujó en el momento clave del partido, cuando Diamantidis y Batiste estaban cansados. Es por ello que la elección del galardón debe considerarse justa.







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