El CSKA termina con el sueño del Bilbao. Panathinaikos y Maccabi al 5º
Fecha sábado, 31 de marzo a las 15:37:42
Tema Noticias de la Euroliga


El Bilbao Basket obligó al CSKA de Moscú a modificar sus planes en estos cuartos de final de la Euroliga. El equipo ruso, gran favorito al título, tuvo que buscar hotel a toda prisa tras su derrota en el tercer partido, pero no aceptó prolongar su estancia en Bilbao durante todo el fin de semana. Andrei Kirilenko volvió a ejercer de MVP de la competición, liderando al CSKA hacia la Final Four de Estambul, la gran cita de la temporada. El evento del año en Europa, donde también estará el Olympiacos, que rompió todos los pronósticos ante el Montepaschi Siena. El Panathinaikos manejó mejor la presión que el Maccabi en el 4º partido de la serie de cuartos de final y se aseguró decidir su destino en el OAKA. Los griegos se llevaron con todo merecimiento el partido y recuperan el favoritismo para estar en la Final Four de Estambul.



Gescrap Bilbao Basket 71 – CSKA Moscú 73 (1-3)

Terminó el sueño de los hombres de negro en la Euroliga, pero lo hizo sin que ningún miembro del Gescrap Bilbao Basket o su afición tengan algo de lo que lamentarse. En su debut en la máxima competición europea, el equipo bilbaíno ha dejado en la cuneta a rivales con mucho nombre y ha sido capaz de exigir como nadie lo había hecho hasta el momento al CSKA de Moscú, la prima donna de este torneo. Empujados por el factor Miribilla, los de Katsikaris se levantaron una vez más y en un final de lo más emocionante cayeron con todos los honores.

El CSKA no estaba dispuesto a permitir que se repitiera la historia del pasado miércoles y para ello se aplicó bastante más en defensa de lo que lo había hecho cuarenta y ocho horas antes. El Bilbao Basket echó mucho de menos los aciertos desde la línea de tres puntos de Vasileiadis, Blums y Mumbrú, lo que facilitó mucho el trabajo defensivo de los rusos. Así, paso a paso, el CSKA fue consolidando una importante ventaja que llegó a los 14 puntos en el último cuarto. En ese momento, cuando todo parecía perdido, Aaron Jackson se empeñó en prolongar el sueño, llegando a poner al Bilbao a un solo punto a falta de 7 segundos, pero la sangre fría de Teodosic impidió un nuevo milagro en Miribilla.

El dato

Los triples de Vasileiadis, Mumbrú o Rául López fueron decisivos, sobre todo a nivel emocional, en el tercer partido, pero esta noche en Miribilla el acierto exterior brilló por su ausencia para el Bilbao Basket. Sólo Aaron Jackson (3/5) mostró la puntería necesaria mientras sus compañeros fallaban triple tras triple (2/18). Una importante serie de errores que hizo más sencillo el trabajo defensivo de los rusos.

El crack

A día de hoy, resulta complicado discutirle el galardón de MVP de esta Euroliga, pero, por si quedaba alguna duda, Andrei Kirilenko firmó otra de esas actuaciones a las que nos tiene acostumbrados desde que vuelve a vestir la camiseta del CSKA. Esta vez, dominó por completo su duelo con Mumbrú, dejando una tarjeta estadística acorde a lo que se espera de él: 24 puntos, 8 rebotes y 4 triples.

Olympiacos 76 – Montepaschi Siena 69 (3-1)

Segunda temporada consecutiva en la que se miden en cuartos de final de la Euroliga el Olympiacos y el Montepaschi Siena y segunda vez en que los pronósticos saltan por el aire. Los italianos llegaban a esta eliminatoria como uno de los equipos más fuertes del torneo, pero en esta serie han mostrado una fragilidad moral muy importante, yendo siempre a remolque de los griegos. Los de Dusan Ivkovic han dominado los partidos incluso estando diez o quince puntos abajo y han terminado llevándose el triunfo en la serie, certificando su presencia en la Final Four de Estambul junto a CSKA y Barcelona Regal.

El encuentro de este jueves se mantuvo muy igualado durante tres cuartos. Jugando a un ritmo lento, los griegos sin embargo volvían a dominar varios factores clave a lo largo de esta serie, como el rebote ofensivo o la facilidad para sacar faltas e ir a la línea, con lo que se sentían tremendamente seguros de sus posibilidades. Esa confianza se notó cuando el partido entró en su fase decisiva y terminó marcando la diferencia entre el Olympiacos y el Montepaschi de Siena. Mientras los italianos sobrevivían con la pelea de Zisis o las apariciones de Andersen (echando mucho de menos a un McCalebb que no fue protagonistas), los griegos veían como la figura de Spanoulis volvía a crecer para, de la mano de un Kyle Hines muy activo bajo el aro, lograr el triunfo definitivo.

El dato

Dio igual que los griegos no acertaran desde la línea de tres puntos (4/22) porque tenían ganadas otras batallas igualmente importantes. El Montepaschi Siena volvió a ser incapaz de controlar su rebote defensivo y el Olympiacos logró nada más y nada menos que 17 capturas en ataque. 17 bolas clave para sumar en segundas acciones, sacar faltas e ir a la línea (24/29 para los griegos por un 10/12 de los italianos) para sumar puntos con facilidad.

El crack

Spanoulis hizo de Spanoulis para el Olympiacos (19 puntos y 8 faltas recibidas), pero el factor diferencial fue un Kyle Hines que se convirtió en el amo y señor de la zona. El norteamericano, que había pasado sin pena ni gloria por los partidos jugados en Italia, se transformó de manera radical en cuanto pisó suelo griego. Si en el tercer partido ya había sido un jugador importante, en este cuarto fue la estrella (19 puntos, 7 rebotes y 4 tapones).

Maccabi Electra 69- Panathinaikos 78 (2-2)

No iba más. La táctica de David Blatt y el Maccabi había llegado al punto clave. Recuperaron el factor cancha en el 2º partido en Grecia después del castigo del duelo inicial y habían puesto contra las cuerdas a su oponente tras el 3º choque. Sin embargo, cuando llegó el momento de sentenciar, nunca pudieron sacar imponerse a un rival que quedó claro que si algo le sobra es saber estar y competitividad. Después de un 1º cuarto de un cierto tanteo, el Panathinaikos, con Calathes al mando, el actual campeón de Europa cogió una ventaja con la que comenzó a sentirse cómodo (4 arriba al descanso).

Los nervios comenzaron a hacerse notar y, frente a la experiencia de Jasikevicius o Diamantidis, el Maccabi propuso un juego a tirones, con arranques de Ohayon, Eliyahu o Devin Smith, para ir haciendo la goma. Eso les aseguraba llegar con opciones a los instantes finales, pero también les garantizaba hacerlo en una remontada constante que nunca llegaron a completar. La desesperación se fue adueñando del Maccabi, que se la jugó sin demasiado acierto desde la línea de 3 (4/23), mientras que en el otro campo Jasikevicius, que firmó una espectacular exhibición de fundamentos y lectura de juego cuando la tensión era máxima, y Diamantidis tomaban el relevo de Calathes y manejaban el tempo del partido a su antojo. Los postreros intentos del Maccabi fueron infructuosos y el público del Nokia Arena se marchó a casa decepcionado antes de tiempo con la sensación de que han dejado pasar una oportunidad de oro, que puede que no vuelva a presentarse.

El dato

En un partido con 52 faltas y 56 tiros libres, el acierto desde la línea fue decisivo. Kaimakoglou (7/8), Diamantidis (7/10) y Jasikevicius (2/2) sacaron provecho de la desesperación del Maccabi para ir poniendo puntos de renta en el bando de Obradovic. El Panathinaikos supo jugar mejor un partido muy tenso, lleno de contactos y donde los árbitros no dejaron pasar ni una. En estas circunstancias, y a pesar del ambiente en contra, llevaron la iniciativa del juego y nunca dejaron de presionar a los colegiados, ya fuera en la pista o desde el banquillo.

El crack

Nick Calathes fue el mejor del Panathinaikos los 3 primeros cuartos (15 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 3 robos, 0 pérdidas), Diamantidis, sin estar brillante, supo ser trascendente para lo que estaba ocurriendo en la pista (9 faltas recibidas) y Kaimakoglou sumó saliendo desde el banquillo (12 puntos y 7 rebotes en 19 minutos). Sin embargo, la nostalgia se apoderó del choque cuando un veterano jugador, campeón de la Euroliga con 3 equipos distintos, un auténtico entrenador en la pista, con una complicidad especial con Obradovic, a pesar del fuerte carácter de ambos, se destapó, una vez más, como el crack que siempre fue y que todavía es. Sarunas Jasikevicius apareció en el campo para, como ha hecho siempre, ser importante, marcar diferencias y enseñar a más de uno como se juega a esto del baloncesto.







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