Muchos jóvenes no recordarán o no habrán vivido el mítico Angolazo ante España en Barcelona 92. 20 años después, y en menor medida, Angola vuelve a hacerlo, esta vez en el preolímpico. Su víctima, la sorpresa del 2011, Macedonia. En la primera jornada también vencieron la local Venezuela y las favoritas Rusia y Grecia. Rusia, una de las favoritas para optar a una plaza de los Juegos Olímpicos, no se dejó impresionar por el exótico equipo de Corea del Sur. La evidente diferencia de calidad entre los dos conjuntos y la mayor experiencia internacional de los rusos (los coreanos juegan todos en su país) y la presencia del MVP de la Euroliga Andrei Kirilenko marcaron el partido. Al final, el resultado reflejó la diferencia de los dos equipos (91-56). Exactamente lo mismo ocurrió en el segundo partido del día. Grecia no dejó ni un ápice para la sorpresa y arrolló a la endeble selección de Jordania, a la que le falta el anotador nacionalizado Rasheim Wright. Papanikolau y Printezis se erigieron en los anotadores para marcharse en el marcador, pasados los 5 minutos que aguantaron los jordanos. Con esta victoria, Grecia prácticamente se clasifica para cuartos de final (107-63). Sorpresa en Venezuela. En un partido que hace apenas 2 años nadie imaginaba (todos daban a Angola campeona de África y a Macedonia fuera) la favorita del grupo, Macedonia, perdió en lo que se puede calificar como el segundo Angolazo. Sí, ese Angolazo que todos los españoles recordamos hace ahora 20 años. El gran partido de Cipriano, Gomes y Mingas y la superioridad en el rebote de los africanos fueron suficientes para ganar el partido ante una Macedonia que no se pudo sostener sólo en Bo McCalebb (88-84). En el último partido de la jornada, los anfitriones dieron un paso al frente para clasificarse a cuartos tras vencer por 71-69 a la selección de Nigeria. Greivis Vásquez, la estrella venezolana, se echó el equipo a las espaldas y con 24 puntos acerca a su equipo a la siguiente fase. Decepción en Nigeria, que veían este partido como el definitivo para sus aspiraciones. A los nigerianos les queda una única opción: hacer saltar la banca y ganar a la todopoderosa Lituania para poder pasar, algo que a día de hoy se ve improbable.