Nochevieja es sinónimo de fiesta, de estar conla familia, de disfrutar de tus más cercanos, y de dar la bienvenida a un nuevo año. Así suele ser en todos lados, excepto en la NBA. Anoche tocaba currar de lo lindo con un menú de 6 partidos en los que pudimos ver a los Rockets volviendo a la senda del triundo, a Miami sufrir de lo lindo para derrotar a los siempre luchadores Magic, y a Charlotte, sí, a Charlotte, rompiendo al fin la racha de derrotas para empezar el año con el pie derecho.
Hablemos del partido a priori más interesante de la jornada, que enfrentaba a un equipo en alza, como los Indiana Pacers, frente a otro que no para de perder coba respecto a los grandes de su conferencia. Los Grizzlies se dejaron una nueva victoria, en este caso frente a los Pacers, que contaron con un Paul George a nivel estelar (la mejora del rendimiento del equipo de Indiana ha coincidido con la mejoría de números de este jugador, llamado a hacer grandes cosas en la liga. Encima su gran rendimiento se notó también en la defensa a Rudy Gay, que hizo uno de los partidos más esperpénticos que recuerdo jamás. Esta es la razón por la que este chaval no es candidato al MVP: anoche 11 puntos, sí, pero con un espantoso 3-17 en tiros de campo. A mí me daría vergüenza, no sé a vosotros… De poco sirvió los 21 puntos y 15 rebotes de Randolph, ya que estuvo muy solo durante todo el encuentro (83-88).
En Orlando, asistimos a una auténtica monstruosidad digna de los tiempos de Bill Russell. El señor Vucevic, ese pívot de los Magic que cada vez parece tener mejor pinta, consiguió el récord de franquicia de rebotes totales en un partido con (agarráos) ¡29 rebotes! Los cuales acompañó además de 20 puntos. Semejante locura no tuvo recompensa ya que, una vez llegó el partido a la prórroga, Lebron y Wade anotaron los 13 puntos de Miami Heat en ese período y la victoria se la quedaron los campeones. Hay que remarcar que Vucevic ha superado a dos de las bestias más grandes que ha habido en la posición de Center en los últimos tiempos: Shaquille O’Neal (que tenía el anterior récord con 28) y Dwight Howard (112-110)
Y ahora un repaso rápido al resto de partidos, que la jornada dio para más: Houston consigue derrotar a los Atlanta Hawks en la vuelta de Carlos Delfino a las pistas después de perderse las dos últimas derrotas de su equipo. Volvió para anotar 22 puntos, mientras que Harden llegó a sus habituales cifras de 28 puntos. Cuando Houston consigue más de 120 puntos, es casi imposible derrotarlos, son como una apisonadora. Mola mucho cómo juegan los Rockets, nunca me cansaré de decirlo (104-123). Mientras tanto, los Bobcats rompen su racha de 18 derrotas consecutivas frente a unos Bulls que hicieron un partido pésimo. Lo más raro del partido fue ver al siempre luchador Joakim Noah quedarse en 2 puntos y 4 rebotes. No es propio de él, la verdad. En Charlotte, Kemba Walker destrozó con facilidad la pegajosa defensa de Chicago y anotó 18 puntos, a los cuales añadió 8 rebotes y 6 asistencias (91-81). Los otros dos partidos jugados se corresponden con dos palizas: la de Oklahoma a Phoenix, con 30 puntos de Durant y 24 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes de Westbrook (114-96), y la más dura fue la que le endosaron los San Antonio Spurs a unos Brooklyn Nets que no levantan cabeza, ni con entrenador nuevo ni nada. Esta vez pueden decir que no jugó Gerald Wallace, pero el que sí jugó y se arrastró por la pista fue el señor Deron Williams, que se marcó un maravilloso -35 de su equipo con él en pista, para conseguir 7 puntos y 3 rebotes (73-104)
