Y tuvo que ser Curry. No fue suficiente la lesión de uno de los pilares básicos de los Warriors, como es David Lee, para que Golden State se amilanara en su segunda visita consecutiva a la cancha de los Nuggets. Impresionante partido loco el que pudimos ver, digno de la herencia de los preciosos encuentros que disputaban los antiguos jugadores de los Warriors en aquella eliminatoria en la que Baron Davis y compañía destrozaron a los Mavericks, que venían de completar la mejor temporada de la historia. Anoche fueron 4 los jugadores que terminaron por encima de los 20 puntos, con la sorpresa de Harrison Barnes, que cuajó su mejor encuentro de la temporada para terminar con 24 puntos. Impresionante también el señor Stephen Curry, ejerciendo de líder en todo momento y demostrando por qué es uno de los mejores bases de toda la NBA. El base terminó con 30 puntazos, los cuales acompañó de 13 asistencias y 5 rebotes. Encima, por si fuera poco, el conjunto entero de los Warriors terminó con un espectacular 64% en lanzamientos, destacando el genial 8/11 de Klay Thompson, con un 5/6 en triples incluído. La serie viaja ahora a Oakland con la sensación de que los Warriors pueden hacer muchísimo daño a los Nuggets (131-117). No hubo sorpresas, sin embargo, en los otros dos encuentros disputados la noche de ayer. Por un lado, los Knicks destruyeron completamente a los Celtics en una segunda parte espectacular en la que remontaron la desventaja de 8 puntos que habían sufrido. En el tercer cuarto llegaron a poner la diferencia en 15 puntos, y desde ese momento nadie pudo parar a los neoyorquinos. Una vez más, Carmelo fue amo y señor de la pista con 34 puntazos, mientras que el recién nombrado mejor sexto hombre de la temporada, JR Smith, terminó con 19. Aun así, los partidos están siendo llevados al terreno de los Celtics, con juego marrullero y pocos puntos; el día que a los Knicks les entren los triples, el encuentro puede convertirse en una auténtica sangría (71-87). Por último, los Bucks fueron un auténtico quiero y no puedo contra los Heat, que mostraron una superioridad insultante, tan insultante que pareció en todo momento que estaban jugando al 50%, o incluso menos. Después de una primera mitad igualada (o algo así), los Heat volvieron a salir en estampida al comenzar la segunda parte, para destrozar a los pobres Bucks. Fue Wade el mejor de Miami con 21 puntos y  rebotes, mientras que LeBron solo tuvo que anotar 19, con 8 rebotes y 6 asistencias. Esta parece la serie más clara de todas, ya que da la sensación de que , por mucho que quieran, los Bucks no van a poder arañar ni un punto y va a terminar con un barrido descarado (86-98).