Los clásicos han sido derrotados. Los Celtics y los Lakers han llegado a ese momento en el que deben dejar pasar a otros equipos mucho más superiores. Garnett y Pierce no pueden luchar contra la amplísima plantilla de Melo, Pau y Howard no pueden enfrentarse solos contra una plaga de lesiones y la perfectamente engrasada plantilla de los Spurs. Anoche fue la muestra perfecta, primero en Boston, donde los Celtics sucumbieron en todo momento ante unos Knicks que jugaron a medio gas. Los Celtics fueron incapaces, por tercera vez consecutiva, de llegar a los 80 puntos de anotación, algo completamente triste para un equipo de playoffs. Todos pensábamos que darían algo más de guerra, pero la baja de Rondo se ha convertido en un lastre insuperable para un Pierce que está completamente superado por las circunstancias, con pérdidas dignas de un alevín, debido al esfuerzo que está haciendo desde la posición de base. Pese al codazo de JR Smith en su enésima ida de olla, con la posterior expulsión (a pesar de ir ganando de 20 puntos), los Knicks vencieron con facilidad, gracias a los 26 puntos de Melo, letal una vez más desde cualquier posición (90-76). Pero mucho más sonrojante fue la derrota de los Lakers ante los Spurs. Los amarillos entraron en pista con un espectacular backcourt formado por el señor Darius Morris (qué jugador de baloncesto tan malo), y el rescatado de la nada Goudelock. Con esto poco más hay que decir al respecto del partido, salvo que los angelinos encajaron la peor derrota de la historia como locales, en un partido cuya victoria era vital (perdieron de 31 puntos). Por si fuera poco, MWP se resintió de sus molestias y es una baja más que posible para el próximo encuentro (120-89). Pero si hay una eliminatoria preciosa en el oeste, y quizá en todos los playoffs, es el Golden State – Denver. Anoche pudimos ver la tercera batalla de lo que puede ser una serie larguísima. Stephen Curry y Jack fueron los estiletes de los Warriors, compensando el mal partido de Thompson y la ausencia de David Lee. Por los Nuggets tuvo que ser Lawson con 35 puntos (máximo en playoffs de su carrera) y 10 asistencias, el que mantuviera al equipo de Colorado con vida. Curry terminó con 29 puntos y 11 asistencias en un encuentro para el que era duda por unas molestias, pero el chico demostró por qué es hasta el momento la sensación de estos playoffs. Como dato curioso, los Warriors juntaron a dos Rookies en el quinteto los últimos minutos del encuentro, con la compañía de un jugador de segundo año como es Klay Thompson. Muy meritoria la campaña de estos chicos, que se merecen llegar lejos esta postemporada (108-110).